Los calamares más noctámbulos

Los calamares más noctámbulos

Fernando Molezún recordaba en una artículo muy nostálgico aquellos maravillosos calamares de la coruñesa plaza de Ourense. Comenzaba así su artículo: Desde su minúsculo puesto de la plaza de Orense, Encarna Gacio Gómez despachó miles de bocadillos de calamares en los once años que duró la concesión municipal. Un tiempo que bastó para que los bocatas del palacete sean actualmente añorados por un sinfín de clientes que todavía salivan cuando recuerdan aquel crujiente rebozo de harina. Compartía incomparable ubicación con otros negocios como una floristería, un quiosco de prensa o un estanco, hasta que en el año 2000 el Ayuntamiento dejó de renovar las concesiones sobre estos establecimientos para convertir al quiosco diseñado por Santiago Rey Pedreira en una oficina de información turística y punto de venta de entradas para los espectáculos organizados por el IMCE. Una decisión criticada en su momento por la legión de adeptos que los calamares que preparaba Encarna en su freidora habían creado en la ciudad, sobre todo entre los voraces apetitos nocturnos de los jóvenes que habían encontrado en la plaza de Orense el punto idóneo donde terminar de un modo saludable las maratonianas jornadas de marcha.

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